¿Cuántas neuronas hay en mi cerebro?
No se sabe a ciencia cierta. De la misma
manera en que se usan objetos conocidos como referencia para darse una idea del
tamaño de algo gigantesco, se usan ejemplos de conteos muy grandes para
aproximarse al número de células en el cerebro. Es así como un lago, o un
cráter, pueden compararse con el tamaño de una cancha de fútbol, de la misma
manera en que se compara el número de estrellas en la vía láctea con el número
de neuronas en un cerebro humano.
Contar estrellas no es un asunto fácil,
especialmente cuando son tantas. Lo mejor que obtenemos es una técnica de
aproximación, que ha estimado el número de estrellas similares a nuestro sol en
100,000 millones. Esto se presta a confusión, pues en la literatura en inglés
se usa el término 100 billones, que no es lo mismo que cien millardos, la
traducción correcta de este término. En español, un billón es igual a un millón
de millones, mientras que para un norteamericano un billón representa 1000
millones, es decir mil veces menos que para nosotros los hispanohablantes. Una
diferencia más que sutil, especialmente si de dólares hablamos…
De vuelta con las neuronas. El asegurar
que tenemos tantas neuronas en nuestros cerebros como estrellas hay en la
galaxia que habitamos no tiene fundamento científico. Los más recientes
cálculos de la cantidad de neuronas en un cerebro adulto, con técnicas de
conteo de núcleos que dan cuenta de las diferencias en el número o densidad de neuronas en
diferentes partes del cerebro, sugieren que tenemos, en promedio, unos 86,000 millones
de neuronas. La diferencia con 100,000 millones no parece muy grande, pero
puede ser equivalente al número de neuronas en el cerebro de un primate
inferior, como un babuino.
Lo cierto es que cada neurona puede tener
a su vez varios miles de conexiones, por lo que resulta importante cuidarlas
todas. Cuando se presenta un ataque cerebral, es decir, una interrupción al
flujo sanguíneo cerebral, se produce un infarto, que puede extenderse a medida
que progresa la falta de oxigenación del cerebro. De ahí la famosa frase de
“tiempo es cerebro”, en las campañas mundiales para el tratamiento oportuno del
ataque cerebral.
Casi cualquier persona trata de conseguir atención médica
urgente cuando se sospecha un infarto cardiaco. Es igual de importante actuar
rápidamente cuando se sospeche que hay un infarto cerebral. Cuando una arteria
cerebral se obstruye, miles de neuronas mueren cada segundo, y sus efectos,
cuando se sobrevive, pueden ser devastadores, especialmente si dejan secuelas
que hacen que una persona no pueda valerse por sí misma.
Los avances en las imágenes diagnósticas
permiten detectar muy precozmente los infartos cerebrales y calcular su
extensión para determinar si es posible tratarlos con medicamentos
trombolíticos o con técnicas avanzadas de neurointervencionismo endovascular,
con las que es posible recuperar parcial o completamente el flujo sanguíneo y
disminuir o evitar la secuelas neurológicas del infarto cerebral.
De la campaña educativa del Hospital Universitario de la Fundación Santa Fe de Bogotá
El próximo 29 de octubre es el día mundial del ataque cerebral. Con esta conmemoración, se pretende crear conciencia en el público en general acerca de la importancia de reconocer los síntomas sospechosos de un ataque cerebral y de la necesidad de actuar rápido para recuperar el mayor número de neuronas y conexiones posible, con lo cual se pueden disminuir los efectos incapacitantes de esta enfermedad.