2/25/2007

El anatomista

Advertencia para vegetarianos: contiene descripciones sanguinolentas. Se recomienda leer en compañía de un carnívoro de confianza.


El anatomista se quedó contemplando el espécimen de músculo psoas que tenía en frente. Lo analizó con la misma minuciosidad que había caracterizado su trabajo anterior como patólogo forense. Lo manipuló delicadamente con sus instrumentos, estudiando cada fibra, cada depósito graso.
Ensimismado en su ritual, reflexionó por un instante acerca del mejor abordaje para iniciar su disección. Antes de cortarlo, escogió el recipiente marcado «S». Espolvoreó algunos gránulos blancos sobre la muestra de tejido, y, con el primer corte, se inclinó levemente para deleitarse con el aroma del vapor exhalado por el músculo recién preparado según su preferencia –término medio–, cuya exudación se esparció por el plato como una misteriosa mancha en la que casi podían adivinarse los corpúsculos sanguíneos que la formaban...

De: Relato breve en dos caras. Por Mario Bonilla. Panace@, vol VI No. 19, marzo de 2006.